26 may 2012


La Alameda Central recuperará su esplendor

La renovación de este parque de la capital mexicana “es urgente debido a que la Alameda se encuentra convertida, lamentablemente, en un muladar”, aseguró el cronista Guillermo Tovar.

Ciudad de México  • La Alameda Central, el primer jardín público de América Latina, creado en el siglo XVI para el disfrute de la sociedad de la época, está siendo restaurada con la intención de que recupere su esplendor, ya que actualmente presenta graves problemas de envejecimiento y deterioro.
Ubicado en la antigua calle de San Juan de Letrán, hoy Eje Lázaro Cárdenas, este parque se proyectó justamente en la división natural y social entre el islote de Tenochtitlán y el cerro de Chapultepec, entre la división de la ciudad de los conquistadores y el asentamiento de los barrios indios.
El cronista Guillermo Tovar y de Teresa, autor del libro La Ciudad de los Palacios, sostiene que esta “recuperación es urgente debido a que la Alameda se encuentra convertida, lamentablemente, en un muladar”.
Para recuperar este espacio, Marcelo Ebrard, jefe de gobierno del Distrito Federal, firmó un convenio con expertos del área forestal del Fondo Nacional Judío para que evaluaran la naturaleza del problema y ayudaran a programar la rehabilitación de la Alameda Central con 600 años de antigüedad.
De acuerdo con esta iniciativa de cooperación, el Keren Kayemet Leisrael envió a sus expertos forestales a la Ciudad de México, para que estudiaran los problemas ambientales y plantearan soluciones para su rehabilitación.
Tovar y de Teresa espera que con este proyecto, la Alameda recobre la grandeza que dejó plasmada Diego Rivera en su mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda.
El problema de la Alameda Central es grave, reconoce Alejandra Moreno Toscano, responsable de la Autoridad del Centro Histórico. “El suelo es muy compacto, lo que le impide a los árboles mantenerse en buenas condiciones. Esa situación nos indica que debemos actuar de inmediato, que es urgente realizar un saneamiento en el lugar.
“Para ello, recibiremos ayuda de Israel, quien nos orientará en la recuperación de los árboles, ya que en ese país están los más importantes expertos en riego, vendrán esos técnicos a realizar una transferencia de tecnología de riego por goteo”.
En entrevista con MILENIO, dice que se trabajará intensamente durante estos primeros meses, aunque las acciones de recuperación de la Alameda, que tendrán un costo de 120 millones de pesos, serán todo el año.
Por lo que toca a la recuperación de las esculturas, las fuentes y el kiosco que se encuentran en la Alameda, se realizará bajo las reglas de preservación y conservación de monumentos, aclara Felipe Leal, secretario de Desarrollo Urbano y Vivienda (SEDUVI).
La Alameda cuenta con el Hemiciclo a Juárez y 10 fuentes, seis con esculturas de bronce: La Victoria, Neptuno, Mercurio, Las Danaides, Venus y La Primavera. Además de las réplicas de las esculturas en mármol: Malgré Tout, Desespoir, Bacante, dos Gladiadores –las obras originales se encuentran desde 1986 en el Museo Nacional de Arte del INBA–.
Otra de las piezas a preservar es el monumento al músico Ludwig van Beethoven, del escultor Teodoro Von Cosen, que en 1921 la colonia alemana regaló al pueblo de México.
Felipe Leal calcula unos seis u ocho meses para recuperar las obras y concluir los trabajos materiales. Sin embargo, señala que reverdecer los árboles, se llevará más tiempo.
Concebida como obra de arte
Por su importancia, la Alameda Central ha merecido monografías y libros dedicados a su análisis, sostiene el cronista de la Ciudad de México Guillermo Tovar y de Teresa. El historiador explica que este jardín, creado con una idea renacentista, “era un paseo muy representativo de la vida citadina, que al paso de los años ha perdido mucho de su decoro, su imagen y hasta su salubridad, ya que está vuelto un basurero”.
Este paseo fue construido en 1593 sobre los terrenos del Tianguis de San Hipólito, diseñado por Cristóbal Carballo, con tres portadas de piedra. En su momento, el virrey Revillagigedo ordenó que los días de fiesta se colocara un centinela en cada puerta para impedir la entrada a toda clase de gente de mantas o frazadas, mendigos, descalzos, desnudos o indigentes.

Fuente: http://www.milenio.com/cdb/doc/noticias2011/215cf5be355aeb0b371d1f895dacc136

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